La empresa Zitek organizó una serie de pruebas en las que los participantes nos vimos sorprendidos
Naroa Sánchez
El pasado martes 27 de octubre acudimos a uno de los teatros más surrealistas a los cuales hemos asistido en el Aula Magna del campús de Leioa. La empresa Zitek organizó un teatro interactivo, “Etorkizulan”, un espectáculo que buscaba despertar en el alumnado un espíritu emprendedor, aventurero y creativo. La aventura que se nos presento era bastante extraña, actores vestidos con atuendo más que raros, un mundo sin recursos naturales y nosotros como únicos elementos en busca de una supervivencia.
Entre algunas de las actividades que realizamos fueron entre otras enterrar gusanos, almacenar alimentos y recoger agua, todas estas actividades divididos en grupos: UR, quienes no sabían cultivar y LUR los cuales no sabían potabilizar el agua, y manteniendo estas actividades en secreto.
Ambos grupos estaban enfrentados y quienes disfrutaban de unos privilegios los otros carecían de ellos. Al final del teatro y con pena de que esta historia terminase, nos dieron a elegir entre vivir en paz, una vez descubiertos los secretos, o seguir manteniendo una guerra continua. Nuestro afán por seguir con esta experiencia era grande y muchos de nosotros elegimos seguir en guerra a la espera de nuevos acontecimientos.
El siguiente paso nos llevo a un aula donde uno de los organizadores de este teatro que a más de uno nos hizo pensar en nuestro futuro, nos indicó como bien nos dimos cuenta desde que iniciamos el recorrido, que no era un teatro al uso.”Somos un grupo que se dedica a crear pequeñas empresas de vuestras ideas, de hecho donde más de estas se han formado ha sido en vuestra facultad y más concretamente en vuestra carrera, Periodismo”, nos explicó. El principal objetivo de éste era crear en nosotros un emprendedor, que a medida que nuestra vida avance no nos quedemos ahí, que aun no sabiendo lo que nuestro futuro nos depare, nos arriesguemos y aunque muchas veces fallemos nunca nos debemos rendir.
Entre algunas de las actividades que realizamos fueron entre otras enterrar gusanos, almacenar alimentos y recoger agua, todas estas actividades divididos en grupos: UR, quienes no sabían cultivar y LUR los cuales no sabían potabilizar el agua, y manteniendo estas actividades en secreto.
Ambos grupos estaban enfrentados y quienes disfrutaban de unos privilegios los otros carecían de ellos. Al final del teatro y con pena de que esta historia terminase, nos dieron a elegir entre vivir en paz, una vez descubiertos los secretos, o seguir manteniendo una guerra continua. Nuestro afán por seguir con esta experiencia era grande y muchos de nosotros elegimos seguir en guerra a la espera de nuevos acontecimientos.
El siguiente paso nos llevo a un aula donde uno de los organizadores de este teatro que a más de uno nos hizo pensar en nuestro futuro, nos indicó como bien nos dimos cuenta desde que iniciamos el recorrido, que no era un teatro al uso.”Somos un grupo que se dedica a crear pequeñas empresas de vuestras ideas, de hecho donde más de estas se han formado ha sido en vuestra facultad y más concretamente en vuestra carrera, Periodismo”, nos explicó. El principal objetivo de éste era crear en nosotros un emprendedor, que a medida que nuestra vida avance no nos quedemos ahí, que aun no sabiendo lo que nuestro futuro nos depare, nos arriesguemos y aunque muchas veces fallemos nunca nos debemos rendir.
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